viernes, 11 de marzo de 2016

Fiona

No te faltará saber hasta dónde me llevó tu desamor, pero tampoco me interesa que lo desconozcas. De alguna forma, un granuja debe enterarse de las consecuencias de sus actos. Trunqué mi horario y me convertí en una habitante de la noche, ya que durante el día solo puedo dormir. En medio de las lágrimas que me propició tu ausencia, encontré la locura hasta caer en la más profunda de sus sombras. Navego en la demencia, repitiendo tu nombre de forma frenética con el único fin de que en el momento que te reencuentre, ya solo tenga que quedarme con la imagen de tu cara congelada ante la inminencia de mi reparación. Debiste pensarlo bien antes de condenarme al olvido. Si bien tú solo me ves como una loca, es justamente esa manía la que emplearé como castigo para sepultar tu nombre y, de paso, tu cuerpo.

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